Y cuando parecía que México se había librado de esta estrella de videos de seguridad, vuelve al escenario.
En un país sin memoria, su regreso sin consecuencias sería normal, pero después de tanto tiempo, México no puede, ni debe ser un mero espectador de lo que en su sociedad acontece.
¿Es bueno que un ratero como él vuelva al escenario público?
Definitivamente no… entonces ¿Por qué permitirlo?